Un estudio de la UEx pone de manifiesto la falta de éxito de las últimas campañas de prevención de violencia de género
La violencia que ocurre en las primeras relaciones de pareja ha pasado a tener un marcado crecimiento en los últimos años. Este hecho ha producido en nuestro país cambios a nivel legislativo (Ley Orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Género LO 1/2004), y la aparición de iniciativas de investigación por parte de organismos como el Instituto de la Mujer o el Instituto de la Juventud, o de la misma forma, la prevención primaria en la adolescencia y juventud se ha convertido en una prioridad de las diferentes políticas sociales.
En los últimos años existen indicios de que el porcentaje de mujeres adultas que se consideran maltratadas es significativamente inferior al de mujeres que sufren violencia sin identificarla como tal (3.6% vs. 9.6%;), diferencias que serían incluso superiores en población adolescente y juvenil española, con un 6% de víctimas autoetiquetadas frente a un 41–77% de mujeres victimizadas pero sin percepción de maltrato. Este hecho ha suscitado el interés de un equipo de investigación multidisciplinar, conformado por profesores de las Universidades de Extremadura, Oviedo, Sevilla y Huelva, que ha estudiado la violencia en las relaciones afectivas de parejas jóvenes que todavía no han iniciado la convivencia, para conocer la experiencia, tolerancia y etiquetado de dicha conducta.
Para Carolina Bringas-Molleda, autora del estudio, y profesora de la UEx, “el problema al que nos enfrentamos en la actualidad con este tipo de parejas no es sólo que exista violencia, sino la actitud que se tiene ante ella, pues mucha de las chicas entrevistadas indican un bajo nivel de molestia ante el comportamiento violento que ha ejercicio con ellas sus parejas, lo que implica, un alto nivel de tolerancia ante esta situación, llegando en ciertas ocasiones a justificarlo”.
El estudio que se llevó a cabo en dos periodos de tiempo diferentes, contó con la participación de 3.844 mujeres de entre 16 y 21 años. El instrumento de evaluación utilizado fue el Cuestionario de Violencia de Novios (CUVINO), que refleja la frecuencia y molestia que ocasionan ocho formas de abuso, incluyendo preguntas sobre la percepción de maltrato. La investigadora explica que,”entre las cuestiones sobre las que se recabó información destacan, además de datos sociodemográficos de la pareja, características de la relación e indicadores conductuales, como frecuencia de comportamientos violentos y molestia ante los mismos”. Para terminar se les indicaba que contestaran a tres preguntas: ¿Te has sentido maltratada?; ¿Te has sentido atrapada en tu relación? y ¿has sentido miedo alguna vez de tu pareja?, con ellas se pretendía definir la autopercepción de maltrato de las participantes
Los resultados indicaron una similitud de victimización en ambas oleadas o períodos de evaluación y en la percepción del maltrato, así como una tolerancia mayor en el último período. Asimismo, el análisis mostró que cerca de la cuarta parte de las participantes indicó no sentirse maltratada pero sí haberse sentido atemorizada y/o atrapada en la relación.
Además, añade Carolina Bringas, “de manera contraria a lo esperado en un principio, la segunda oleada de evaluación ha mostrado que las participantes no parecen haber mejorado ni en cuanto a la frecuencia de victimización, ni en cuanto a sus niveles de tolerancia, ni en cuanto a la capacidad de detección y etiquetado de la experiencia violenta con respecto a las mujeres evaluadas hace más de una década”.
El hecho de que muchas adolescentes no perciban determinados gestos como violentos, e incluso lo consideren normal, justifica la necesidad de abordar las campañas institucionales desde otra perspectiva, tratando de encontrar soluciones a la dependencia emocional que experimentan los adolescentes, pues tal y como explica la profesora ”es curioso que las mujeres que más admiten recibir comportamientos de maltrato son los que al mismo tiempo más tolerancia demuestran y más rechazo muestran a la hora de dejar la relación”.