El clima es uno de los factores que más influyen en las producciones vitícolas. De hecho, las temperaturas repercuten de forma directa en la calidad de las cosechas. Bajo esta premisa, un equipo multidisciplinar de investigadores, expertos en las áreas de hortofruticultura, sistemas de información geográfica y geoestadística, han estudiado la variabilidad climática de la región. Lo han hecho desde el punto de vista del cultivo de la vid.
Como resultado, este equipo de investigadores, de las Escuelas de Ingenierías Agrarias e Industriales de la Universidad de Extremadura, ha clasificado la comunidad autónoma en hasta siete zonas de cultivo diferente. “No todo el clima de Extremadura es igual. Aunque en general la región tiene unas temperaturas muy cálidas, existen zonas más frías. Saber esto es importante porque puede ser el principal motivo por el cual dos producciones, procedentes de climas diferentes, aplicándoles las mismas tecnologías pueden ser muy dispares”.
Así lo ha explicado uno de los promotores de este trabajo. El profesor Luis Paniagua ha detallado, además, que con esta representación gráfica se pone en manos de los agentes implicados en el sector vitivinícola una valiosa herramienta de información previa que determinará el resultado final de los caldos.
Según Paniagua, “ahora que sabemos el comportamiento térmico de cada zona, podemos decidir la variedad más idónea a producir en un determinado lugar. Es más, si queremos cultivar una variedad podemos saber en qué zona producirá de una manera más idónea”.
Este estudio ha consistido en catalogar geográficamente la región, con 77.800 hectáreas de viñedo y seis comarcas vitivinícolas, en base a las temperaturas registradas durante los últimos treinta años. Concretamente, han contrastado los datos almacenados en un total de 117 estaciones meteorológicas desde el año 1980 hasta la actualidad.
Los resultados obtenidos suponen un trabajo pionero en la región y ha sido publicado en la revista International Journal of Biometeorology. En este sentido, tal y como lo han manifestado los autores, junto con el clima hay otra serie de factores que determinan la calidad y tipología de los vinos, como los suelos, las variedades, las técnicas de cultivo y las enológicas.