Según un estudio en el que ha participado el centro de investigación Indehesa de la Universidad de Extremadura, el retraso de las lluvias de final de verano podría cambiar el equilibrio entre machos y hembras de estos gorgojos mediterráneos en favor de las hembras
Después de la sequía estival, los gorgojos necesitan que las lluvias humedezcan y ablanden el suelo para poder salir de sus refugios subterráneos. Al igual que en muchas especies de insectos, los gorgojos machos de la especie Curculio elephas tienden a emerger a la superficie antes que las hembras. Por este motivo, en los años de sequías veraniegas prolongadas, los machos pueden encontrar dificultades debido a la dureza del suelo en fechas tempranas y morir sin poder salir de sus refugios. Sin embargo, las hembras, que emergen más tarde, no sufren por ese retraso de las lluvias, y por ello son proporcionalmente más abundantes cuando la lluvia tarda en llegar, concluye el estudio publicado en la revista Royal Society Open Science.
De la misma forma que los diplomáticos reunidos en Bonn discutieron a fondo la redacción de un pacto mundial para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, este estudio sirve para demostrar que los efectos del cambio climático amenazan otros muchos ámbitos más allá de las islas, los cultivos o la disponibilidad de agua.
“Los cambios en el clima están afectando los animales en muchos sentidos, cambiando su distribución en el territorio, su capacidad de supervivencia o su comportamiento a la hora de reproducirse. Por otra parte, existen otros efectos, quizás menos obvios, pero muy importantes para que una especie sea viable y se mantenga en un futuro; el efecto en la proporción de sexos sería uno de ellos”, comenta Raúl Bonal, investigador de Indehesa y asociado del CREAF.
Hasta ahora ya se sabía que el calentamiento global estaba afectando la determinación del sexo en lo embriones de algunos reptiles. “Ahora demostramos por primera vez que los episodios de sequía extrema estival, acentuados en la zona mediterránea debido al cambio climático, podrían provocar un sesgo en la proporción de sexos de las poblaciones de estos insectos”, añade Josep Maria Espelta, investigador del CREAF. Según los investigadores debemos tener en cuenta, no sólo la magnitud de los cambios previstos en la temperatura y las precipitaciones, sino también los efectos en su temporalidad.