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Logran prolongar la vida útil de higos y brevas

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Microorganismos como mohos y levaduras son los principales causantes de que este tradicional manjar, rico en nutrientes y con importantes beneficios para la salud, por sus propiedades antioxidantes, tenga una vida tan corta.

No más de siete días después de su recolección, tanto los higos como las brevas,experimentan una pérdida de calidad debido a la maduración del fruto, lo que favorece la aparición de ciertas alteraciones que le restan calidad sensorial y una apariencia mucho menos apetitosa.

Precisamente, por eso, y debido a su escasa vida útil una vez arrancado de la higuera, una buena parte de la producción ha sido tradicionalmente destinada a la obtención de higo seco. Sin embargo, esta costumbre que está mutando debido al incremento de la demanda del mercado actual, podría cambiar aún más tras las nuevas investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Extremadura y en el CICYTEX, el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura.

Recientemente, la Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos María del Carmen Villalobos ha logrado demostrar, en su tesis doctoral titulada "Estudio para la prolongación de la vida útil de variedades de higos y brevas interesantes para su consumo en fresco y estudio de técnicas alternativas para el secado de higos", la utilidad de determinados envases para triplicar la vida útil de higos y brevas frescos.

Como explica la propia autora de esta investigación, básicamente el hallazgo ha consistido en el diseño de un envasado, a base de films microperforados, que permiten la creación de atmósferas modificadas pasivas.

“Con este envase hemos visto que se genera un efecto inhibidor del crecimiento de microorganismos. Este método minimiza las pérdidas de peso y ralentiza la aparición de los daños fúngicos, lo que retrasa la maduración entre 14  y 21 días dependiendo de la variedad del cultivar”, ha indicado la investigadora.

Esta aportación llega, además, en un momento importante para este sector. Así lo ha explicado una de las directoras de la tesis doctoral de Villalobos. María de Guía Córdoba ha detallado que, en la actualidad, el higo está pasando de ser un “cultivo marginal” a una verdadera “fuente de ingresos para muchos productores”. De ahí que su concepción, en el contexto frutícola, esté cambiando.

“Durante mucho tiempo las higueras han estado asociadas con el mantenimiento de otros cultivos. Su consumo en gran parte de las ocasiones se ha limitado al ámbito familiar o agrícola, de ahí que los cuidados que se le han dado a esta planta han sido escasos. Sin embargo, en la actualidad esto está cambiando, es un nicho de mercado y por tanto, esta investigación puede ayudar a dar al sector el impulso que necesita” ha matizado la coordinadora del Grupo de Investigación CAMIALI, Calidad y Microbiología de los Alimentos.

Junto a Córdoba, este trabajo ha sido dirigido por el profesor Alberto Martín, del Área de Nutrición y Bromatología del Departamento de Producción Animal y Ciencia de los Alimentos de la Universidad de Extremadura y Manuel Joaquín Serradilla, del Área de Vegetales del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura, dependiente de la Junta de Extremadura (CICYTEX).

La ciencia del secado

Al mismo tiempo que han logrado aumentar la vida útil de esta fruta fresca, también han conseguido introducir otras mejoras en su manejo a través de la investigación que ha implicado esta tesis doctoral.

Concretamente, una de las aportaciones más interesantes ha estado relacionada con la reducción del tiempo de secado. Han demostrado que, a través de la aplicación de pre-tratamientos con  ultrasonidos, es posible desecar estos frutos entre 1 y 3 días  cuando lo habitual, si se utilizan las técnicas tradicionales de secado al sol, es que se tarde una media de 15 días. “Utilizar estos tratamientos ha venido a demostrar además que tenemos un mayor control del producto, algo muy importante también desde el punto de vista de la seguridad”, ha matizado Villalobos.

Esta investigación ha sido financiada por fondos FEDER a través de un proyecto del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).

La higuera en España

Actualmente, la producción española de higos y brevas representa el 33 % de la producción de higo de la Unión Europea. Este dato sitúa a España como el primer productor comunitario.

Ya dentro del país, las comunidades autónomas con mayor superficie cultivada y producción en los últimos años han sido Extremadura (5.300 ha), Baleares (2.287 ha) y Andalucía (1.874 ha, principalmente en la provincia de Granada). A nivel regional, Extremadura lidera la superficie en plantación regular y la producción con unas 5.120 ha, de las cuales 2.800 ha corresponden a la provincia de Badajoz y 2.320 ha a la de Cáceres (MAGRAMA, 2014). En Badajoz, los higuerales se localizan principalmente al sur de la provincia, en las comarcas de los Llanos de Olivenza, Sierra Suroeste y Tentudía, en municipios como Barcarrota, Jerez de los Caballeros, Salvaleón o Monesterio. También existen plantaciones regulares en los municipios del norte de la comarca de Vegas Bajas como en La Nava de Santiago, La Roca de la Sierra o Trujillanos, así como en Guareña perteneciente a las Vegas Altas. Por otro lado, en la provincia de Cáceres, se diferencian dos zonas productoras: una localizada al sur, en la Tierra de Montánchez y la otra al norte de la provincia, en las comarcas de La Vera y del Valle del Jerte, cuya producción se destina fundamentalmente para la alimentación humana, consumidos tanto en fresco como secos.

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