Es la principal conclusión extraída de un estudio realizado en la UEX, y que propone una revisión a la hora de distribuir el alumnado en las escuelas
El último informe educativo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) muestra una elevada tasa de repetidores entre el alumnado de nuestro país. Según las últimas cifras, a los 15 años el 45% del alumnado ha repetido al menos una vez. En el Sistema de Educativo Español todos los nacidos en el mismo año natural deben empezar la escolarización obligatoria en el año académico en el que cumplen 6 años, aunque la mayoría de ellos comienzan la educación infantil a los 3 años.
Por todo ello Francisco Pedraja y Rosa Simancas, profesores de la Universidad de Extremadura y miembros del grupo de investigación "Economía Pública" (ECOPUB), junto con Daniel Santín, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, han llevado a cabo un estudio, que tiene como objetivo evaluar si el mes de nacimiento de un alumno puede tener a largo plazo, un efecto significativo sobre el problema de la repetición de curso en el sistema educativo español.
Para realizar el trabajo, se han analizado los datos referentes a 25.887 estudiantes de 889 colegios de España, extraídos del Informe PISA 2009, (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes). Una vez procesados, nos aclara la investigadora, el estudio reveló resultados sorprendentes,” como el hecho de que existen un 85% más de probabilidad de repetir un curso, en aquellos alumnos que han nacido en los últimos meses del año, noviembre y diciembre, que los nacidos en los meses de enero y febrero del mismo año”, es decir, mientras más pequeños sea el alumno en términos de edad relativa dentro de una clase, más probabilidad tiene de repetir. Esta probabilidad se reduce a un 20% comparando los alumnos nacidos entre los meses de mayo y junio, con los que han nacido en enero y febrero.
Para los autores, este aumento en la probabilidad de repetición escolar no es debido al hecho de que los niños que nacen en los meses de diciembre o en noviembre tengan menos capacidades por cuestiones de temporalidad, que aquellos que nazcan en enero o febrero, sino que, como añade Rosa Simancas, ”el sistema educativo no tiene como requisito a la hora de agrupar a los alumnos que comienzan el colegio el mes de nacimiento, sino que, solo tienen en cuenta el año, de esta forma todos los niños que nacen en un mismo año están matriculados en la misma clase, este hecho no parece llamativo cuando se trata de edades superiores como 13, 14 o 15 años, pero en edades tan tempranas como los 3 años, esa diferencia entre un niño que nace en enero y uno que nace en diciembre llega a ser un tercio de su vida”.
La profesora Simancas explica, ”que la educación es un proceso acumulativo, todo lo que se adquiere o se deja de adquirir a edades tempranas se va acumulando a lo largo del tiempo, de esta forma esa diferencia de casi un año se manifiesta en términos de madurez mental, y tiene consecuencias en términos académicos que se mantienen en niveles superiores”.
Para solucionar este problema, los investigadores recomiendan que los colegios clasifiquen a sus alumnos en lugar de por orden de apellido, por orden de mes de nacimiento, de esta forma nos explica Rosa Simancas ”por ejemplo, todos los nacidos entre enero y junio estarían agrupados en una misma clase, y aquellos alumnos nacidos en los meses de julio a diciembre estarían en una clase diferente”, así añade la investigadora, ”la diferencia de edad entre los niños de una misma clase sería tan solo de seis meses, y no de un año como ocurre hasta ahora”.