Es la conclusión principal del estudio llevado a cabo por el Laboratorio de Radiactividad Ambiental de la UEx
La contaminación radiactiva es la presencia no deseada de sustancias radioactivas en el entorno. El medio ambiente se contamina a través de radionucleidos de origen natural y/o artificial, isótopos inestables de un elemento que libera radiación a medida que se descompone y se vuelve más estable, presentes en el aire, el suelo, la lluvia, etc. Estos radionucleidos pueden transferirse a lo largo de la cadena alimentaria hasta llegar a los seres humanos, lo que puede llegar a suponer un riesgo potencial para la salud.
Hasta ahora, para estudiar la presencia de radionucleidos en los diferentes productos de consumo humano, así como su posterior transferencia, las investigaciones se habían basado fundamentalmente en alimentos como las carnes, el pescado o la leche, sin tener en cuenta a los hongos, bien conocidos por acumular concentraciones de algunos radionucleidos en sus cuerpos .
Es por ello que desde el Laboratorio de Radiactividad Ambiental de la Universidad de Extremadura (LARUEX), se ha desarrollado un estudio en el cual se ha cuantificado la presencia radiactiva de radionucleidos en estos alimentos. Así, Javier Guillén autor del estudio explica que “dicha cuantificación se efectúa mediante los coeficientes de transferencia que comparan el contenido radiactivo en el compartimento receptor de la contaminación radiactiva, es decir, en los hongos con respecto a la existente en el compartimento transmisor de dicha contaminación, que en nuestro caso sería el suelo”.
Para realizar dicha investigación los autores han considerado el nivel base de radionucleidos establecidos en ecosistemas con bajo contenido radioactivo como es la región y, posteriormente, han utilizado el software denominado ERICA Tool que tal y como explica el investigador “permite introducir el coeficiente de trasferencia del suelo al organismo, en este caso el hongo, calculando de esta forma la dosis de radionucleidos que recibe un organismo no humano”.
Del estudio se pudo concluir que las tasas de dosis estimadas para hongos en España son similares a los determinados para otros animales (animales y plantas) y, por tanto, esta especie puede ser utilizada a la hora de valorar la presencia o no de contaminación radiactiva en el suelo.
También se puede destacar, en el caso de los hongos analizados y que se encuentran concentrados en la zona mediterránea, que todavía no presentan una dosis elevada de radionucleidos, lo que supone que no existe contaminación ambiental y por tanto son aptas para el consumo humano.