Daniel Patón, investigador y profesor de Ecología de la UEx, junto a expertos del Museo de Cáceres y del Laboratorio de Dendroconología del IANIGLA (Mendoza, Argentina) han realizado un estudio que permite el fechado de maderas de hasta 500 años de antigüedad que se encuentran en Extremadura.
La dendrocronología es la ciencia que estudia los patrones de los anillos de crecimiento anuales de los árboles. La variabilidad de estos puede ser debida a varios factores o agentes, ya sean biológicos (tales como plagas), climáticos (heladas, sequías, inundaciones...), físicos (avalanchas) o humanos (fumigaciones, podas, incendios...).
Esta disciplina tiene muchas aplicaciones, entre ellas se encuentra la arqueológica, es por ello que desde la Universidad de Extremadura, el investigador y profesor de la Facultad de Ciencias Daniel Patón ha desarrollado junto a un equipo interdisciplinar, un modelo que permite datar cualquier pieza histórica de madera de hasta 500 años de antigüedad que se encuentre en la Comunidad Autónoma de Extremadura.
En este sentido, Daniel Patón nos indica que, “este estudio es algo totalmente insólito en el sur de España, donde no se ha llegado casi nunca tan atrás, y menos en Extremadura”. Gracias a este trabajo, se ha podido demostrar que el estilo mudéjar en Extremadura duró hasta un siglo después que en el resto de España, lo que explicaría a su vez junto con el aislamiento histórico, cultural, político e intelectual, la irrupción del gótico en esta zona sin ninguna fase de transición.
El proyecto ha contado con la colaboración crucial del arqueólogo conservador del Museo de Cáceres, José Miguel González Bornay, que proveyó más de 300 muestras de maderas históricas procedentes de dos monumentos renacentistas localizados en la Comunidad Autónoma: la iglesia de San Vicente Ferrer en Plasencia y el Palacio de Las Veletas en Cáceres. Los ejemplares correspondientes a las especies de coníferas Pinus sylvestris sobre todo y Pinus nigra son autóctonos de la Sierra de Gredos y han sido muy usados para la construcción en Extremadura en época renacentista debido a sus largos fustes.
El procedimiento de análisis, tal y como indica el profesor de la UEX, “consistió en un muestreo en el que se analizó la anchura de los anillos de árboles vivos escogidos para este estudio concreto y de otros incluidos en una colección albergada en el International Tree Ring Data Bank (ITRDB), así como los anillos de las maderas históricas del Museo. El análisis comprendió una datación cruzada (crossdating), en el que se establecen los patrones coincidentes entre los anillos de distintos árboles y maderas lo que permite identificar exactamente el año en que cada anillo fue formado. Estos patrones de los anillos son como códigos de barras. Así, como un puzzle, se puede ir poco a poco atrás en el tiempo, encajando las piezas que concuerdan”.
Estas investigaciones se enmarcaron en el proyecto Salva-Sinovas (http://salva-sinobas.uvigo.es/), en el que participaron la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Almería, la Universidad de Murcia, la Universidad de Vigo, la Universidad de Zaragoza, la Universidad Pablo de Olavide y la UEx. Dicho proyecto investigó la variabilidad climática en la Península Ibérica durante el periodo 1750-1850 mediante fuentes documentales, proxies naturales, modelos de circulación general, modelos globales y regionales. Los objetivos de este proyecto fueron sobradamente conseguidos para nuestra región con los 500 años alcanzados de información climática. Los resultados de este estudio han sido publicados en el último número del Journal of Archaeological Science