El investigador de la UEx, Gerardo Moreno, es uno de los coautores de un estudio que publica la revista Science que apunta a que el cambio climático puede provocar modificaciones drásticos en las comunidades de estos animales
Las lombrices de tierra ejercen un papel fundamental en los suelos y el ecosistema. Una investigación internacional publicada en Science en la que participa la Universidad de Extremadura, demuestra por primera vez que estos anélidos presentan más diversidad y abundancia en las regiones templadas que en los trópicos. Esto se debe principalmente a factores ambientales, por lo que los expertos concluyen que el cambio climático podría influir de forma drástica en la distribución de las lombrices.
Por primera vez, 140 científicos de todo el mundo coordinados por el German Centre for Integrative Biodiversity Research (iDiv) han analizado los patrones de distribución de las lombrices de tierra a nivel mundial incluyendo datos ambientales. Además de la Universidad de Extremadura, también han participado otras instituciones españolas como las Universidades de Alcalá, Complutense, Navarra, La Laguna y Vigo y el Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona.
Las lombrices son ingenieras del ecosistema porque son fundamentales para el funcionamiento y calidad del suelo. Gerardo Moreno es investigador de la UEx y coautor en esta investigación internacional. “No solo “construyen” el suelo sino que, además, las lombrices son la base de la cadena trófica de muchos ecosistemas, alimentándose de materia muerta y constituyendo el nutriente de muchos otros organismos”, aclara el experto.
Los científicos participantes en este estudio han comprobado que las precipitaciones y la temperatura son los factores ambientales que más influyen en la distribución global de las lombrices, por lo que es de esperar que el cambio climático provoque cambios drásticos en las comunidades de estos animales.
Los expertos han recopilado la mayor base de datos de lombrices en el mundo, que incluye 6928 localidades de 57 países. La mayor diversidad local y la mayor abundancia y biomasa de estos animales se encuentran en regiones templadas como Europa, el norte de EEUU y Nueva Zelanda, según el estudio.
La lombriz en Extremadura
Gerardo Moreno explica que la Universidad de Extremadura ha contribuido a este estudio aportando información de importancia relativa a ambientes mediterráneos, donde las zonas húmedas en las que viven las lombrices se alternan con zonas secas, poca aptas para las lombrices. “Existe mucha dispersión y aislamiento entre las poblaciones, lo que supone un reto para su persistencia, pero a su vez un motor de la diversificación biológica”, aclara el investigador del Centro Universitario de Plasencia.
“Hemos estudiado dos agrosistemas, modelados y manejados para la producción de alimentos. El estudio mostraba que tanto la dehesa como el olivar extensivo, especialmente el ecológico, albergan una gran diversidad de lombrices de tierra, siendo esta muy dependiente de la conservación de la diversidad de hábitat”, afirma Gerardo Moreno.
La colaboración de la UEx con el equipo de zoólogos de la Universidad Complutense ha aportado datos de olivares y dehesas del Norte de Extremadura, donde han encontrado hasta 24 especies de lombrices de tierra, entre ellas un dato curioso: una especie nueva bautizada como Eiseniona gerardoi, en honor al profesor de la UEx.
¿Por qué son importantes las lombrices?
Las lombrices de tierra son consideradas “ingenieras de los ecosistemas” y prestan importantes servicios que generalmente no han sido adecuadamente valorados por la sociedad: mezclan componentes minerales y orgánicos del suelo, aceleran los ciclos de nutrientes haciéndolos más accesibles para las plantas, mejoran la retención de agua, contribuyen a la dispersión de las semillas y aumentan la fertilidad de los suelos incrementando por tanto las cosechas, entre otros.
Las lombrices de tierra son a su vez son muy sensibles a su degradación. Según explica Gerardo Moreno, como animales de piel desnuda, que respiran por la piel, son muy sensibles a la contaminación química. Se alimentan de materia orgánica y de los microorganismos que contiene, por lo que a su vez son muy sensibles a la buena fertilidad biológica de los suelos. Asimismo, son organismos que viven haciendo galerías en el suelo y muy sensibles a la compactación del subsuelo. Su presencia, abundancia y diversidad son por ello muy buenos indicadores de la calidad de los suelos.
Las lombrices son muy dependientes de la humedad del suelo, por lo que la creciente aridificación del clima juega en su contra. Por ello, en las zonas muy áridas (frecuentemente cálidas) son muy escasas. La rápida descomposición de la materia orgánica (alimento básico de las lombrices de tierra) que tiene lugar en los trópicos reduce la disponibilidad del alimento de las lombrices. Para la mayoría de los grupos biológicos, la mayor diversidad se encuentra en los trópicos, reduciéndose al alejarse del ecuador. Para las lombrices, la mayor diversidad aparece a latitudes medias, como Europa.
En los países mediterráneos encuentran condiciones favorables, pero con gran heterogeneidad espacial. Vaguadas, perímetros de charcas, pastos, y en muchos casos cultivos sin laboreo y con cubiertas permanentes, son esenciales para su conservación. La dehesa sin sobrepastoreo y el olivar ecológico son muy ricos y diversos en lombrices, pero si el clima se vuelve más cálido, más seco, muchas poblaciones de lombrices podrían verse mermadas y comprometida su persistencia.
El investigador de la UEx concluye que es fundamental mantener la diversidad de hábitats y manejos en los espacios cultivados y pastoreados, y permitir siempre espacios húmedos que sirvan de refugios para la gran diversidad de especies de lombrices que tenemos. “Esto es especialmente importante en el escenario de cambio climático que estamos ya sufriendo, con mayor recurrencia de largos episodios sin lluvias”, recomienda Gerardo Moreno.
Referencia bibliográfica:
Phillips H.R.P. et al. “Global Distribution of Earthworm Diversity”. Science, 25 de octubre. 2019