El trabajo con animales implica un elevado coste, por eso surgen nuevos modos de trabajo como los simuladores de la marcha de caballo para paliar dolencias
En Europa casi el 20 % de la población sufre dolor crónico, una dolencia cuyas consecuencias afectan negativamente al ámbito personal y laboral del enfermo, pues a la incapacidad producida por el dolor y la dependencia que ocasiona, se une un deterioro tanto físico como psicológico con sentimientos de tristeza, frustración e impotencia. Por ello en los últimos años las diferentes terapias conducentes a paliar y afrontar esta dolencia se basan en un enfoque más biosocial y no tanto farmacológico, de ahí el trabajo desarrollado con animales sobre todo con caballos.
Tal y como afirman Santos Villafaina, contratado predoctoral de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Extremadura, “el trabajo con animales no esta al alcance de todos las personas que sufren una enfermedad debido fundamentalmente a su elevado coste, por ello están surgiendo nuevas formas de trabajo para paliar los efectos de esta dolencia como la creación de simuladores de la marcha de caballo”. Estos instrumentos, mediante la simulación de la marcha del caballo ayudan a corregir la propia postura, contribuyendo a reconstruir un patrón normal de marcha.
Desde la UEx se ha llevado a cabo un trabajo de revisión sistemática con meta-análisis para comprobar si ambas terapias resultan ser igual de eficaces a la hora de paliar el dolor crónico. Los investigadores pudieron confirmar que ambos programas de intervención reducen el dolor, aunque señala Villafaina que, “siempre el trabajo con animales reales va a ser mucho más beneficioso que el trabajo con simuladores, pues, aunque la carga física es la misma, montar a caballo supone un componente emocional bastante importante y beneficioso”.
Para los investigadores, aunque bien es cierto que la terapia mediante simulador no puede sustituir los beneficios a efectos psicosociales que aporta el trabajo con caballos, se puede considerar una terapia muy positiva para la reducción e incluso eliminación el dolor crónico, por lo que es una alternativa a implantar en el tratamiento de esta enfermedad.
Dolor Crónico
El dolor se considera crónico si cumple una de las características siguientes: dura más de tres meses, tiene una duración de más de un mes después de la remisión de la lesión o el trastorno que causaron inicialmente el dolor, se repite con intermitencia a lo largo de meses o años, y se suele asociar a enfermedades crónicas (como cáncer, artritis, diabetes o fibromialgia) o a una lesión que no se cura.