La ingesta de glúcidos complejos presentes en alimentos como las legumbres, hortalizas, frutas y alimentos integrales ayuda a prevenir la depresión y a mejorar el estado de ánimo en la juventud
La depresión es uno de los problemas de salud más común en la adolescencia y la etapa universitaria, afectando a un 30% de la población joven, lo que conlleva entre otras consecuencias un deterioro de la cognición social, entendida esta como la forma en que las personas interpretan, analizan, recuerdan y emplean la información sobre el mundo que les rodea.
Salvo algunos casos de depresión asociada a enfermedades del organismo, existen muchos factores que influyen en el desarrollo de esta enfermedad como la genética, las hormonas o eventos estresantes. Recientes estudios han señalado a los patrones dietéticos como posibles moduladores de la cognición social y por tanto relacionados con la depresión.
El grupo de investigación de la Universidad de Extremadura “Neuroinmunofisiología y Crononutrición” ha llevado a cabo un estudio piloto con 117 participantes, publicado en la revista Food & Function, en el cual ha evaluado la relación entre los macronutrientes dietéticos y el procesamiento de información social y afectiva. Así, tal y como explican los investigadores Lierni Ugartemendia y Rafael Bravo, “la dieta puede influir en algunas variables relacionadas con la cognición social y el estado de ánimo, y para comprobarlo hemos analizado los nutrientes por componentes principales dividiéndolos en lípidos, carbohidratos y proteínas.”
Tras los análisis los investigadores afirman que “pudimos observar cómo los individuos que mayores cantidades de carbohidratos complejos ingerían presentaban un factor de riesgo menor a la hora de sufrir depresión. Lo mismo ocurría con aquellas personas que mantenían una dieta baja en colesterol, rica en fibra, y proteínas de origen vegetal”, añaden los investigadores.
Por el contrario, los individuos cuya dieta estaba constituida por proteínas de origen animal, harinas blancas y un alto porcentaje de colesterol tenían más probabilidades de sufrir depresión.
Para realizar el estudio los participantes completaron un registro dietético y una serie de cuestionarios psicológicos, validados previamente por un grupo de psicólogos pertenecientes a la Universidad de Extremadura y a la Universidad de Heidelberg en Alemania, en los cuales se hacían preguntas referentes al estado de ánimo de cada participante (cómo se encuentran, si se ponen tristes ante ciertas situaciones, si le dan muchas vueltas a los problemas, etc. ) y por otro lado, cuestiones de cognición social (si empatizan con las emociones de los que les rodean, cómo responden ante las situaciones sociales, etc).
Ventajas de la dieta rica en carbohidratos complejos
Los carbohidratos complejos son macromoléculas (oligosacáridos y polisacáridos) conformadas a partir de moléculas de azúcares más sencillas, su absorción es más lenta y la energía que aportan es gradual, por eso sacian más, retrasan la sensación de hambre y ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre. Además, los alimentos que los contienen son ricos en fibra, vitaminas y minerales fundamentales para el correcto funcionamiento del cuerpo y del cerebro
El grupo de alimentos rico en carbohidratos complejos está formado por: harinas integrales (sobre todo las elaboradas a partir de granos enteros), legumbres, tubérculos y raíces, verduras, y frutas, entre otros.
Referencia bibliográfica: Ugartemendia L, Bravo R, Castaño MY, Cubero J, Zamoscik V, Kirsch P, Rodríguez AB, Reuter M (2020). Influence of diet on mood and social cognition: