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Una “casa inteligente” para personas con discapacidad intelectual y del desarrollo creada por la Universidad de Extremadura y Plena Inclusión Villafranca de los Barros

Miembros del equipo de investigación IACYSEl proyecto, denominado “Mi Casa”, busca mejorar la convivencia y facilitar las tareas cotidianas de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo gracias a la tecnología.

En un notable avance hacia la integración y el apoyo a personas con discapacidad intelectual, autismo y parálisis cerebral, la Universidad de Extremadura y la entidad Plena Inclusión de Villafranca de los Barros han firmado un acuerdo para iniciar un proyecto de investigación pionero en España. El grupo de investigación RoboLab de la Escuela Politécnica colaborará con esta asociación en el desarrollo de un prototipo de CPS-AAL (Cyber-Physical System-Ambient Assisted Living), un sistema diseñado para integrarse en viviendas asistidas y mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo.

El proyecto “Mi casa” es una iniciativa de innovación social y tecnológica que consiste en instalar una serie de sensores en la casa donde estas personas conviven y crear un “gemelo digital”, una réplica virtual de la misma que pueda analizar información sobre lo que ocurre dentro de manera autónoma. Esto se conseguirá a partir del desarrollo de un sistema completo que incluye tanto la parte del desarrollo del sistema de IoT (Internet of Things) como una arquitectura software que permita cruzar los datos adquiridos en los distintos espacios de la casa, creando una especie de “casa inteligente” que analice las situaciones y genere avisos o respuestas en consecuencia.

Como explica Pedro Nuñez, investigador principal del proyecto y perteneciente al grupo RoboLab, esta investigación se basa en el desarrollo de “un sistema completo, similar a los robots que desarrollamos. En este caso nuestro robot será una casa, cuyo conocimiento alimentamos a base de sensores y software específico que analizan la posición de las personas en la casa, el nivel de sonido, el confort, las actividades de la vida diaria de secuencias de video, etc… Y todo con conexión a datos exteriores a través de internet. Por ejemplo, podemos usarlo para cosas tan básicas como para recomendar a la persona que convive en la vivienda qué ropa tiene que coger del armario, cruzando información sobre el tiempo en el exterior y lo que hay dentro del armario. Un sistema autónomo de aviso y ayuda para las personas dentro de la casa, mediante altavoces, tablets y otros dispositivos digitales.”

Aunque este proyecto se enmarca en las iniciativas a nivel nacional de Plena Inclusión España, lo innovador del acuerdo alcanzado con la asociación en Villafranca es la creación de un sistema tecnológico integrado. “Todas las asociaciones acaban comprando equipamiento como Alexa y otros electrodomésticos adaptados para ayudar a estas personas. Pero no hay un conocimiento real de lo que está sucediendo en la casa, y cómo podríamos colaborar en dar autonomía a las personas que allí conviven. Lo que hemos firmado con Plena Inclusión Villafranca es crear una réplica virtual de la casa con tecnología de sensores y poder analizar una serie de cuestiones que afectan a la convivencia y a la vida autónoma de forma global”, subraya el investigador. 

Tecnología para facilitar la convivencia

Una cuestión esencial para el segundo objetivo de la iniciativa, que es el análisis y prevención de las conductas disruptivas entre los convivientes. “Este modelo digital nos permite monitorizar una serie de cuestiones que afectan a la conducta. Por ejemplo, que una persona duerma mal puede afectar a que al día siguiente esté más irascible al relacionarse con las personas del piso y con los cuidadores.  O sensores que nos permiten analizar los decibelios y preguntarnos por qué hay tanto ruido en una habitación, si es una conversación o una disputa. Si hay cámaras, cuyo objetivo no es la grabación de los datos, servirán para detectar por qué una persona lleva mucho tiempo parada en un sitio, si se ha caído, etc.,” comenta Pedro Nuñez.

En cuanto al nivel de desarrollo del proyecto, en estos momentos se encuentra en su etapa inicial. El equipo de investigadores ha visitado la casa de Villafranca para conocer sus instalaciones y las necesidades de las personas que allí viven. Ahora se trabaja en levantar un modelo 3D y probar los sensores en los laboratorios de RoboLab de la UEx, donde desarrollarán un prototipo inicial. Una vez validado, se trasladará al piso real.

Este acuerdo representa un paso importante en la promoción de la desinstitucionalización y en la creación de entornos de vida más inclusivos y adaptados a las necesidades individuales. “Las investigaciones a nivel internacional van en esta dirección, desinstitucionalizar, reducir el tiempo que las personas necesitan vivir en residencias para vivir en sus propios hogares. Vivir de forma autónoma con cierta ayuda, pero en casa.”

El proyecto forma parte de "Mi Casa, una Vida en Comunidad", impulsado por Plena Inclusión España y financiado por el Fondo Social Europeo NextGeneration y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. 

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