Contar los lunares del Sol, una práctica con siglos de historia

Investigadores de la Universidad de Extremadura (UEx) analizan registros de manchas solares, observadas hace aproximadamente 400 años, que permitirán la actualización de una base de datos internacional usada en el estudio de la actividad solar

Se puede considerar que la física solar vive una época dorada en la que los avances tecnológicos y el trabajo de numerosas misiones espaciales nos regalan, como mínimo, hermosas e inverosímiles imágenes de esta radiante estrella con la que se amanece a diario. Pero para entender la actividad solar no es suficiente la información recabada gracias a las mejoras de la metodología actual, siendo necesario analizar lo que grandes dosis de curiosidad llevó a otros científicos a registrar en el pasado.

Las manchas solares son regiones oscuras que pueden observarse en la fotosfera (“superficie visible” del Sol), producidas cuando ésta es atravesada por los campos magnéticos originados en el interior del astro. Es por ello que sirven como indicador de la actividad del Sol, que aumenta según lo hace también el número de machas solares. El aspecto sombrío de dichas regiones se debe a que presentan una temperatura menor que las zonas de su alrededor (en torno a 4500ºC y 6000ºC, respectivamente). Este contraste permite que se puedan identificar con cierta facilidad.

Se llevan observando manchas solares desde antes de que el telescopio comenzara a usarse como instrumento astronómico, pero es a partir de ese momento cuando las observaciones comienzan a registrarse de forma sistemática. Aunque actualmente se conocen detalles como que el primer registro disponible de manchas solares de la era telescópica fue realizado por Thomas Harriot en diciembre de 1610, la cobertura temporal de los datos de los años iniciales de observaciones realizadas mediante los primeros telescopios es baja. Resulta fundamental que esta información se logre ampliar, ya que sólo así se podrá entender cómo evolucionó la actividad solar en aquel periodo de tiempo.

La IV Semana de la Ciencia y la Tecnología 2020 se celebrará del 26 de octubre al 9 de noviembre

Ya está disponible el programa de este año en la página web http://semanacienciaextremadura.es/  Debido a las exigencias de Salud Pública, las actividades que implican desplazamiento de los investigadores a los centros educativos o de los estudiantes a los laboratorios universitarios se llevarán a cabo on-line 

La IV Semana de la Ciencia y la Tecnología se celebra del 26 de octubre al 9 de noviembre de 2020. Cerca de 80 actividades componen el programa, un proyecto consolidado fruto de la cooperación entre la UEx y Fundecyt-PCTEX, y que reúne a investigadores universitarios, científicos de centros de investigación, docentes de primaria, secundaria y FP, museos y asociaciones profesionales, entre otros, con un objetivo común: promover la cultura científica y buscar una mejor comprensión pública de la ciencia en aras de un mayor diálogo entre ciencia y sociedad. 

Una veintena de actividades están abiertas al público y es posible realizar la inscripción previa mediante el formulario disponible en la página de la actividad. “Lo ideal es que el docente inscriba a una clase completa, de manera que los alumnos puedan llevar a cabo el taller o escuchar al científico o científica desde su propia aula, interactuando con ellos a través de una plataforma de videoconferencia”, apuntan desde la organización del programa. Estas actividades se localizan fácilmente en la web porque debajo el título aparece indicado “Inscripciones abiertas”. 

Participan en el programa 24 centros educativos extremeños que han diseñado talleres, ferias, experimentos, juegos organizados para sus propios estudiantes. Asimismo, la UEx ha organizado una treintena de actividades diferentes, la mayoría dirigidas a colegios e institutos. También se han sumado al proyecto: INTROMAC, CéNITS-COMPUTAEX, CCMI Jeús Usón, Asociación Española Contra el Cáncer, ADENEX, Asociación Cultural y Juvenil Sambrona, Asociación Juvenil Bioquímica en Movimiento, Asociación de Biotecnólogos de Extremadura, EXPERIMENTA- Centro Interactivo de Ciencia, Fundación de Estudios Romanos, Oficina de Igualdad y Violencia de Género del Ayuntamiento de Badajoz, Asociación AluCIENCIAnante, Asociación OKOLA, Academia 5C y Ayuntamiento Navas del Madroño. 

Las personas asmáticas y alérgicas no son grupo de riesgo en la COVID-19

Los resultados de un estudio llevado a cabo por médicos del Hospital Universitario de Badajoz e investigadores de la Universidad de Extremadura corroboran que las personas con antecedentes de alergia y asma no son más susceptibles de contagio por COVID-19 ni tampoco presentan una peor evolución en caso de contagio.

Un mensaje de tranquilidad para 1 de cada 5 españoles que sufre algún tipo de alergia. Así, lo afirma Jesús Miguel García-Menaya, autor principal de este estudio, médico alergólogo en el Hospital Universitario de Badajoz. El equipo de investigadores, en el que participa también José Águndez, investigador de la UEx y miembro del Instituto Universitario de Biomarcadores de Patologías Metabólicas, forma parte de la red ARADyAL red de Asma, Reacciones Adversas a Fármacos y Alergia asociada al Instituto de Salud Carlos III.

Los investigadores extremeños han recogido, observado y analizado estadísticamente los datos de 113 pacientes hospitalizados desde el 16 de marzo (fecha del primer paciente ingresado) hasta el 24 de abril, en el Hospital Universitario de Badajoz. El objetivo de la investigación era muy claro: comparar la evolución clínica de pacientes con antecedentes de asma o enfermedades alérgicas y pacientes sin estos antecedentes. 

“Hemos analizado la incidencia y evolución de pacientes con estos antecedentes entre los pacientes hospitalizados por Covid-19, y lo que hemos observado coincide con la mayoría de los artículos científicos publicados en Europa y en China. Es decir, no había más pacientes ingresados con asma y alergias con respecto al total de ingresados por COVID-19, y los que estuvieron ingresados no tuvieron una peor evolución”, explica García-Menaya. Aproximadamente, un 20% de los pacientes ingresados eran asmáticos o alérgicos, “un dato en total sintonía con los valores de incidencia global de estas patologías”, según el investigador.

Describen alteraciones metabólicas en pacientes con enfermedad de Parkinson y su posible uso como biomarcadores de la misma

La variación detectada en determinados metabolitos en el plasma de personas enfermas con Parkinson y en ratones a los que se ha inducido experimentalmente un cuadro parkinsoniano apunta hacia el posible uso de estas moléculas como biomarcadores para un diagnóstico precoz y más preciso de la enfermedad. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio en el que ha participado la UEx

La enfermedad de Parkinson es de difícil diagnóstico. Su origen es incierto, aunque la investigación científica ya ha identificado algunas de las alteraciones genéticas asociadas a esta enfermedad. En los demás casos, se trata de un tipo de Parkinson denominado idiopático cuyas causas no están todavía muy claras. 

Por este motivo, es importante que la investigación continúe en la búsqueda de factores, causas y condicionantes que favorezcan la aparición de esta enfermedad, y que permitan un diagnóstico precoz y diferencial, teniendo en cuenta que hasta la fecha no hay marcadores biológicos fiables para diagnosticar la enfermedad.